Una de las primeras decisiones del presidente fue un nuevo cambio de técnico, así que José Manuel Rielo se hizo cargo provisionalmente del equipo durante dos jornadas en las que se consiguieron dos victorias, y finalmente se convenció al holandés Guus Hiddink para su regreso a finales de marzo, retomando así el equipo a nueve jornadas del final. El Clausura 2003, se convirtió en un atípico torneo para el equipo donde con seis derrotas, cinco empates y ocho victorias no logró llegar hasta la liguilla.