Los únicos refuerzos fueron el uruguayo Bossio y el máximo goleador de la temporada anterior en Segunda, el castellonense Alcañiz, que completaban a los canteranos que siguieron en el club a pesar del descenso como Arias, Subirats, Voro, Fernando, Revert, Giner, Sixto o Fenoll, y jóvenes como Quique, Arroyo o Jon García. Aunque al año siguiente los Millonetas, como también se conocía en esa época al equipo, cedieron el título al Toluca, sin duda el evento más significativo para el club fue la inauguración del Estadio Azteca al sur de la Ciudad de México, la tarde del 29 de mayo de 1966, cuando el Coloso de Santa Úrsula abrió sus puertas para la celebración del encuentro entre América y el conjunto italiano Torino.