El terreno de juego empezó a parecerse a una piscina, casi impracticable, pero aun así en el minuto 70, Mijatović ejecutó perfectamente una falta directa que supuso el empate 1-1. Los valencianistas bajo la lluvia celebraron el gol en las gradas como pocas veces se ha celebrado, pero cuando la lluvia se convirtió en granizo, el árbitro José Mª García Aranda decretó la suspensión del partido en el minuto 79. Al no detenerse la tormenta fue imposible reanudar el encuentro.