El proyecto de Bojórquez para el equipo incluía la construcción de un club deportivo y un estadio para 30 mil aficionados. Con su ayuda, el club cambió la sede de su casino de unos cuartos oscuros de la calle de Morelos, donde lucía sus trofeos en “tres mesitas rinconeras”, a una suntuosa residencia en la avenida Insurgentes; además como era la forma y modo de la época, los jugadores eran inscritos en la nómina de alguna de las dependencias del Distrito Federal para respaldar sus sueldos y los gastos del equipo.