Posteriormente, el cuerpo técnico alemán reconoció que había estudiado a los pateadores argentinos durante años, y que ese papel contenía la información detallada de cada jugador. El volante estuvo 30 minutos en la cancha en ese partido y en esa temporada no pudo ganar ningún título. A los pocos minutos del segundo tiempo, el seleccionado argentino consiguió ponerse en ventaja tras un remate de cabeza por parte de Roberto Ayala.