Fue una negociación complicada debido a la existente «lucha de egos» entre el astro y otros integrantes del plantel, aunque Maradona finalmente aceptó y voló a Sídney para iniciar lo que fue su última etapa vistiendo la celeste y blanca. En el transcurso de un asalto, acontecido un golpe que derribe al oponente, este último tiene derecho a un conteo de protección, lo cual significa que durante varios segundos -indicados abiertamente por el personal de arbitraje- no habrá ni golpes ni acechos hasta que el púgil indique que está listo para continuar.